14 de diciembre de 2006

En cualquier ciudad como en Barcelona…

Al Diablo le gusta jugar

Hoy he soñado que el diablo me susurraba al oído que había sido un placer jugar conmigo…y eso da miedo.

¿Jugará el diablo con todos igual? ¿ es el diablo una metáfora? O existe en realidad…. ¿me estaré cuestionando la existencia de su compadre celestial? Y de ser así…. ¿acaso entre nubes no esta bien visto echarle un ojo al buzón de “sugerencias” de vez en cuando? ¿Serán todos los diablos como el mío?

Porque el mío era la personificación misma del morbo… hombre joven, guapo, voz profunda ( glups!!)

Sin embargo, racionalizando tal despedida he llegado a la conclusión de que las diabólicas palabras no eran más que una barriobajera estrategia urdida por mi subconsciente para que madure de una vez.

Y es que hoy exactamente tengo 30 años, 26 días y un puñado de minutos y dicen, dicen, que a los 30 todo cambia. Dicen que se traspasa un ecuador interno y de repente…Zas… te haces mayor. Y jo, eso si que da miedo.

¿Tengo que aceptar que porque al tiempo le de por pasar, yo tengo que empezar a sentir relojes biológicos en opción despertador, voces de la consciencia y el sentido del ridículo soplándome en la nuca? Creo que no. Lo siento ( que diablos no lo siento) aún no estoy preparada para ser mayor y me encantan mis “maldades” porque entre otras cosas me recuerdan que sigo teniendo sangre en las venas y que no hay nada mejor que la sonrisa del “ que me quiten lo bailao”.

Así que me permito la licencia de robar palabras ajenas y con “la maldad” que nos hizo famosos, señores y señoras … ¡a jugar!

1 de diciembre de 2006

En cualquier ciudad como en Barcelona…

¡Será una niña!

Con este bombazo y la estupefacción blanquecina de lo surrealista abofeteando mi cara de las 8 empezó mi Martes de esta semana.

Y no es que yo sea una radical anti monárquica ni nada parecido, no, pero sinceramente me da grima el comprobar que el sexo de otra doña, infanta o alteza ocupa la portada de un periódico.

Que no es por desmerecer a aquellos a los que mantenemos, pero tampoco esta el escaparate como para que la muerte de 10 personas que buscaban la libertad contra las olas quede relegada a un diminuto segundo plano de la sección “otra vez”.

Si yo me alegro por ellos, pero que queréis que os diga, que si tienen una niña perfecto, que si es niño también, que si el nuevo miembro de la familia real es un gamusino radioactivo pues también me va bien, si al fin y al cabo lo importante es que nazca sano ¿no?

Sin embargo, yo y mi surrealismo “real” de las 8 nos quedamos inmersos en un mar de dudas: ¿tenemos que seguir viendo como algo normal una democracia machista en pleno siglo XXI? ¿Cuanto me va a costar física y psicológicamente este parto real? ¿Podré soportar estoicamente y sin desfallecer los programas, avances, tertulias y especiales varios con sus comentarios, conclusiones y verdades universales?

Y podéis creerlo o no pero aquel martes, a parte de resolver la gran duda vital que todo hijo de vecino tiene sobre la reproducción de la realeza, en el mundo también ocurrieron cosas como estas:

- El primer transplante de cara ha sido un éxito
- Dos nuevas muertes en un accidente laboral en Barcelona
- Una de cada 5 europeas, maltratada

Vosotros diréis lo que queráis, pero para mí aunque algunas malas, esto son noticias aunque no vengan envueltas en glamour borboneado.