27 de noviembre de 2007

En cualquier ciudad como en Barcelona…

La P…. de Peluquín (I parte)

Un futuro escritor que conocí el verano pasado me dijo un día que el miedo se escribe con I. I de ignorancia, I de incomprensión. ¿Y el amor? ¿Que letra seria la escogida para capitalizar tan graso sentimiento? ¿La E de eterno? ¿La C de ciego como aseguran algunos? ¿O en estos tiempos locos la A de asesino?

Yo no se demasiado del amor, pero dejándome llevar por las idas y venidas del destino creo que la letra que acompañaría al amor seria la P… la P de Peluquín.

Y es que a cada edad su amor y a cada amor, su letra. Sin embargo llegada a cierta edad, aparece la alopecia sentimental que nos lanza a incumplir todas aquellas promesas, que la juventud y el amor (con I de ingenuo), te hicieron solemnizar en un “yo nunca lo haría”…. ¿nunca?

Las promesas son peligrosas, pero más peligroso es creer que a base de postizos siempre habrá amor. Y de tanto peluquín, bisoñé y pelucón rodeada me hallo, que me reafirmo en la teoría de que empostizarse es de humanos, de la misma manera que errar, aunque lo primero ocurra con más frecuencia que reconocer lo segundo... sinceramente, los humanos tenemos más miedo a la soledad que al ridículo. Día a día cubrimos nuestros “desamores habituales” con excusas, mentiras, y frases absurdas como " Lo mucho que me hace sufrir el amor", o mi preferida y lapidaria unión de palabras “son una pareja perfecta”… ¿Perfección? ¿Sufrimiento? ¿De verás hablamos de amor? ¿O simplemente nos plantamos el peluquín de victima o verdugo según convenga a nuestro concepto de lo que debe ser l’amour? Quizá sea eso o quizá no.... ¿Pero sabéis que? Ando loca en busca de un calvo y de mi calvicie.

Y es que no pasa nada por ser calvo. Podemos vivir enamorados de nuestra calvicie de corazón, sin más… tú, tu corazón y tus verdades ¿pero podríamos entonces soportar una vida sin medias mentiras o verdades a medias? ¿Llegaríamos a entender al calvo amor? ¿Un “pero te quieres callar” verdadero gozaría de la misma consideración que un negociado “si cariño”? ¿Llegará el amor a escribirse alguna vez con C? qui lo sa…

15 de noviembre de 2007

En cualquier ciudad como en Barcelona…

Los Superhéroes del 71 y el don de la invisibilidad….


De pequeños todos hemos soñado alguna vez en ser como Superman, Spiderman, Wonder Woman e incluso en momentos de desesperación, La Masa.

Estos personajes creados por alguien de mente inquieta y carne de psicólogo, nos provocan un amplio abanico de sentimientos: O los odias o los adoras. Te producen admiración, miedo (véase la masa en pleno ataque de ansiedad), incredulidad… pero sin duda alguna el sentimiento que a todos se nos despierta de forma iracunda es… la envidia.

Porque vamos a ver, Superman puede volar, ser veloz como el rayo, ver a través de las paredes, tener una fuerza sobrehumana y si omitimos su casual wear y esa inclinación fetichista por las cabinas, se podría decir que es el hombre perfecto. Otro tanto ocurre con el resto de la liga de la justicia animada. Spiderman se sube por las paredes y va de punta a punta de la ciudad en un pis-pas ¿y yo que también estoy que me subo por las paredes, tengo que pasarme 40 minutos en un tren abarrotado de gente? Si es que no hay derecho… ¿y la masa? Vale que es verde, vale que los shorts desgarrados se quedaron en los 80, vale que no tiene el encanto y la conversación de sus paisanos poderosos pero ¿habéis visto que músculos? Como destroza docenas de coches en un momento oye, como revienta las bocas de riego… lo que decía, envidia. El caso es que todos tienen su que ¿Y que tienes tú?


Pues hoy, aquí y ahora os voy a rebelar una gran verdad que muchos ya conocíais y otros intuíais. Entre vosotros vivimos los “elegidos”, aquellos que poseemos uno de los dones reservados a los poderosos… la invisibilidad. Sí, así es, algunos de nosotros somos invisibles y este don se da básicamente en gente que cumple estos dos requisitos:

- Ser una persona independiente y despierta
- Tener un único hermano/a mayor nacido/a en 1971

Ya esta, ese es el gran secreto. Y aunque en un principio no parece gran cosa, los efectos de compartir hermandad con uno del 71 te convierten en el Robbin de Batman, el Watson de Holmes, la Superwoman de Superman… ya podrías luchar con una tribu caníbal, tirarte por un precipicio o prenderte fuego a lo bonzo que la reacción de tus padres, tíos y demás seria: “has visto lo cansado que esta tu hermano/a, es que trabaja tanto” ¡y te lo dicen a ti! ¡Que estas medio calvo por el stress, con unas bolsas oculares donde podrías guardar la compra del mes y una ojeras que parecen pinturas de guerra!. Pero no es culpa suya, es que tú en ese preciso momento… eres invisible.

Otro claro ejemplo de tus dotes de invisibilidad son las conversaciones telefónicas. Suena el teléfono, reconoces el número paterno y al descolgarlo ¡PUM! Automáticamente te conviertes en la oficina de atención al cliente, quejas y reclamaciones o en el teléfono de la esperanza. Y no es que no te quieran, tampoco es eso, lo que ocurre es que para ellos tu colon invertido es un contratiempo que sin duda sabrás resolver, mientras que el hecho de que al 71 le este saliendo la muela del “juicio” merece una cumbre de estado de la que para colmo te hacen presidenta.

¡Ai estos del 71! Es que ni Superman hubiera podido con ellos. Son superhéroes actuales, con poderes actuales, fíjate:

Decálogo de los Superhéroes del 71

- Su vida siempre, siempre es un drama.
- Controlan la mente ajena a su voluntad ¡no les mires a los ojos!.
- Son sufridos, preocupados y altruistas y ¡ai del mundo que no se entere de ello!.
- Siempre persiguen su objetivo con pies de plomo y pisando fuerte.
- De su boca nacieron las palabras dame, mío y para mi.
- Tienen leyes propias en cuanto a derechos, posesiones y jerarquías.
- ¡Ah! También tienen moneda propia ( las de los demás habitualmente).

Así podríamos seguir frase tras frase porque si una cosa buena tiene ser el pequeño de un 71, es que siempre descubres nuevos poderes en ellos… es acojonante y de paso curte. Y es que me da a mi que lo que nos pasa es que tenemos envidia por no haber nacido en el año prodigo… que tampoco es de extrañar, porque cinco minutos con un 71 y es ponernos verdes!

¿Seremos los pequeños del 71 el legado actual de la masa?¿ Era la masa un invisibles?¿ deberíamos crear los sufridos enanos una nueva liga de súper poderosos llamándonos “los invisibles”? Quizá si, pero por el momento creo que prefiero disfrutar de mi invisibilidad porque entre otras cosas me encanta y siempre nos da un cierto misterio
¿Que no?.


Para Susana, mi jueves, mi invisible… la que nunca teme acompañarme por este mundo

5 de noviembre de 2007

En cualquier ciudad como en Barcelona…

El Universo Cacahuete

Todos aquellos que como yo fuisteis al instituto, de algo os sonaran el comportamiento reflejo y las teorías de Pavlov. Pues quien me iba a decir, que para mí, 16 años más tarde, dichas teorías cobrarían un sentido tácito y real como la vida misma. Y es que el haber estudiado las majaderías de un Ruso y su perro sabio (recordad, perrito listo – premio, perrito tonto – calambrazo) me han ayudado, y mucho, a entender el Universo Cacahuete.

En el Universo Cacahuete todos bailamos al mismo son, que entre otras cosas, deja entrever un pequeño “no se que” de tontería. Las teorías del Ruso funcionan, pero a la inversa. Todos aquellos que descendemos del mono (ojo que hay quien es hijo de un hombre sin ombligo) esperamos ansiosos que una vez tras otra nos den el cacahuete que con tanto sufrimiento y resignación nos hemos ganado. Es que los de península somos así…. adictos al cacahuete.

¿Que todo sube, sube y sube menos los sueldos? Ala tontines no os quejéis que somos europeos y para que estéis contentos ahí va… cacahuete

¿Qué la ambición política provoca el colapso de los transportes público, las carreteras y pone en peligro a millones de personas? Otro cacahuete

¿Que tener descendencia se ha convertido en un deporte de riesgo? cacahuete

¿Que el número de gente que esta en el lindar de la pobreza o que ya es literalmente pobre sube de una forma vertiginosa? Nada hombre nada, cierra los ojos y comete el cacahuete

Y podríamos seguir así infinitamente porque por si alguien no se ha dado cuenta, España sigue sin ir bien.

Pero el Universo Cacahuete no solo se centra en la conformidad enfermiza de una sociedad que se escuda en 40 años de represión, no. Este trastorno también es extensible a ti vida diaria: ¿Cuantas veces te encuentras frente a una situación donde simplemente te conformas y aceptas de buen agrado el cacahuete? ¿Cuantas palabras por decir por miedo al calambrazo? ¿Cuantos cacahuetes te has comido ya hoy?

Que haríamos los humanos sin el Universo Cacahuete… pues aprender a protestar que por algo hay que empezar. Que por mucho calambrazo que nos pegaran, al menos, se nos quitaría esta cara de quien necesita una desparasitación a cuenta del vecino, ni esperaríamos impasibles el próximo “premio”… personalmente creo que voy a dejar este vicio tan feo de los frutos secos ¿Que me dices? ¿Otro cacahuete?