10 de noviembre de 2006

En cualquier ciudad como en Barcelona…

¿En la variedad esta el gusto?

Una de las cosas que más me emocionan de Barcelona es la variedad… y como dicen que en la variedad esta el gusto, no os podéis imaginar lo mucho que me gusta mi ciudad.

Solo tienes que levantar la vista y BUMMM! Cientos de personas se agolpan en tus retinas deseosas de ser clasificadas. Y ai de aquel que me llame clasista, que no halla dirigido su lengua viperina contra cierto personajillo anónimo al que vilmente y con alevosía no halla tildado de “garrulo”, “pijo”,”neng” o el más famoso y socorrido “hortera”.

Porque si hay algo que une a la humanidad, ese algo es la capacidad de ver en los demás todos los fallos, carencias y personalidades disponibles a ser juzgadas con toda tranquilidad, y no os engañéis, que todos somos humanos.

Y ahí estoy yo, sentada en plena calle juzgando con mano de hierro a los modernillos, los de mercadillo y a las más codiciadas “fashion victim” de la ciudad condal y para estas en especial… ¡MENOS ES MÁS!

Pero como esto de la variedad tiene lo que tiene, tu círculo justiciero se va cerrando progresivamente hasta que sin darte cuenta tienes en tu punto de mira al amigo de tal, al novio/a de cual o a la última conquista de pascual.

¿Como puede estar con tío como ese? ¿Es que no se da cuenta del ridículo que hace? Uff esta conmigo duraría dos días…

Y es que esto de la variedad me parece a mí que no va a ser tan bueno… porque lo que a tus ojos no es más que un batracio, a los ojos de los demás puede ser el príncipe más azul, el amigo más bueno o simplemente la persona más “in” y más “guay” que jamás hallas conocido. Puede que un día conozcas a esas personas y todos tus juicios se queden en nada, pero haciendo caso omiso a mi intuición (que para algo las mujeres si la tenemos) los sapos que en su día conocí aún se alimentan de moscas.

Así que si me lo permitís, me voy a morder la lengua a ver si me enveneno, que así al menos, no tendré que volver a escuchar aquello de que en la variedad esta el gusto, cada oveja con su pareja o Dios los cría y ellos se juntan. Dicho queda.