29 de septiembre de 2006

En cualquier ciudad como en Barcelona ...

Mis adorables … ¿“Distraídos”?

Hará un par de días leí esto en el blogg de un amigo: “Hace tiempo que notaba que me faltaba algo, me sentía vacío, y después de ir a muchos psicólogos y de intentar que los goles del Barça me emocionaran igual que a mis amigos, me he dado cuenta que lo que me faltaba era la hipoteca. Gracias a la hipoteca, acetopih al revés, ya soy como todos, una persona de estar por casa.” La verdad Olmo, así es como se llama mi amigo, no podría estar más de acuerdo.

Y como buena treinteañera, mileurista y víctima de la generación garrapata, mi vida se debe al tren de cercanías y a los 45 kilómetros que separan a mi hermosa Barcelona de la no tan hermosa hipoteca... mía, eso si.

Pero como dijo aquel gran sabio “al mal tiempo buena cara”. Gracias al tiempo que diligentemente RENFE me regala a diario he descubierto a quien, con todo mi cariño, me he tomado la libertad (que para algo es mía) de llamarles “Los
Distraídos”

Un “distraído” seria aquel que se sienta justo a tu lado pero su tren nunca va en la misma dirección que la tuya, por que lo de menos para ellos es la dirección. Y allí los tienes, riendo, hablando, cantando, discutiendo, contándose los dientes, las manos… en definitiva, que tienen más vida social que yo actualmente. Eso me da que pensar porque ¿acaso su mundo será mejor que el mío? ¿Los “distraídos” son lo que son porque un día se distrajeron y se dejaron a su amor, a sus hijos, a su infancia en el pasado y nadie les ha avisado? ¿Son aquellos a los que miramos de reojo y ponen al límite nuestra paciencia locos, o por el contrario son poseedores de una libertad “distraída” que podemos llegar a envidiar? ¿ Es un “distraído” un personaje tan solo que los demás le ignoramos obligándole a rodearse de fantasías ( si en verdad lo son)? Yo personalmente les invito a sentarse al lado de un “distraído”, no molestar y simplemente escuchar porque quizás su “cuerdo mundo” se revele contra usted y descubra que no hay nada mejor que ser un “distraído”. Y que nadie se me ofenda si algún día lee estas palabras porque a parte de ser pequeñas, son sin maldad.