16 de octubre de 2008

En cualquier ciudad como en Barcelona…

La Involución.

Plas, plas, plas por Carmen Machi. Plas, plas, plas por Harriet. Plas, plas, plas por el buen teatro pero sobretodo plas, plas, plas porque gracias a todo ello en mi vida ahora existe un nuevo concepto: La Involución.

Frente a diversas teorías que cruzan de lo extraterrestre a lo divino, creer que el ser humano es un mono evolucionado no se me antoja del todo descabellado. Amparada en esta gran verdad llega la lógica del esperpento, al aprender por boca de una tortuga, que al igual que todo lo que sube-baja, todo lo que evoluciona-involuciona.

Para mi adorada Harriet la involución es el proceso que toda especie puede experimentar en estados concretos de ansiedad y que provoca una recesión hacia los orígenes de la misma especie. ¿Significa esto que nosotros, los humanos evocados irremediablemente a la involución, volveremos a los árboles? ¿A vivir del puro instinto? ¿A matar sólo para comer? ¿A ser autosuficientes en una sociedad primitiva, simple y sin prejuicios? Ojalá.

Si bien objetivamente la Involución seria un reset cósmico, para la longeva dama de Darwin este proceso conlleva la deshumanización íntegra de lo que actualmente conoceríamos como “humanos”. Es decir, no existe el beneplácito de las segundas oportunidades porque el hombre ya no sería mono sino bestia. ¿Condenados al fin? Mucho me temo que sí.

Echarle el ojo al mundo desde la perspectiva de la Involución resuelve muchas dudas, no os vayáis a creer. Incluso he sido capaz, dentro de mi obsesiva rareza de categorizar mi entorno, de definir tres grandes grupos: Los Involucionados simples, los Involucionados inducidos y los Involucionados condicionados. Y como todo grupo de estudio tiene un sujeto alfa, hay van los míos.

- Involucionados simples: Las malas personas. Las malas de verdad. No las envidiosas, ni las rencorosas, ni las soberbias, no, no. Las malas, malas.

- Involucionados inducidos: Cualquier grupo de más de 10. Dígase radical futbolero, manifestante “pacífico” o despedida de soltero/a.

- Involucionados condicionados: YO.

Es cierto, yo misma me sorprendo de mis destellos abestiados. Y si antaño creía que eran lo que vulgarmente llamamos “borderias” gracias a Harriet se que no es así, no soy borde… estoy involucionando, a ratos, eso sí. Aunque pensándolo mejor, a ver si va a ser que no soy yo la involucionada y si los demás los que provocan mi Involución, por ejemplo:

Cajera lenta, borde y ligeramente tonta + clienta pesada, preguntona y llena de vales descuento (Involución baja tirando a media.)

Adolescente sobrehormonado, móvil y 200.000 canciones y tonos + tren con retraso, cansancio y la dosis justa de “ya no estoy para ostias” (Involución media/alta.)


Reunión o acto familiar (Involución completa.)

¿Lo veis? ¡No soy yo! ¡Son los demás los que provocan! Pobre de mí creyéndome bestia cuando aún soy primate… en fin, el mundo está loco y si es cierto que en un mundo de ciegos, el tuerto es el rey ¡ai del osado que intente gobernar a la Involución! ¿Pero queréis que os cuente un último secreto? ¿Qué es lo que aprendí de verdadero en mis devaneos teatrales? El gran qué de todo este cómo es que para sobrevivir lo único que hay que hacer es… adaptarse.


1 comentario:

Casandra dijo...

Acabo de leer tu email!! Claro que te linkeo, escribes muy muy bien!!! En cuanto a tu teoría sobre la involución es muy buena, JAJAJA!! creo que yo también involuciono a ratos! XD
Un beso y volveré por aquí! ;o)